miércoles, 7 de agosto de 2013

Tres letras para tango y tal





                                                                                             Pedro Arjona



En estas cosas literarias siempre me han gustado las imposturas y quienes las realizaban. Las suplantaciones, las imitaciones, las confusiones, las citas y eso de escribir a la manera de. Tal vez por eso un día me puse y casi de un tirón salieron estas tres falsas letras de tango que hoy reproduzco, que no dejan de ser un juego pero que a mí me divirtió escribir y que espero os divierta si las leéis.

Cuando Carlos Montero empezó a cantar los estupendos tangos de Manzi y Discépolo “a su manera”, aseguraba que quería demostrar que la música porteña no era sólo el tópico del cornudo y abandonado que tanto abundaba en los malos tangos, que por supuesto también los hay. A la hora de parodiarlo, homenajearlo o lo que quiera que sean estas letras, precisamente llegó el tópico y se quedó en ellas. Dos vueltas de tuerca al tema, desde dos puntos de vista distintos, el melodramático y el cínico, que sirven para contar una ambivalente historia de adulterio, y una especie de ensalada de citas tangueras, formada con poca intervención propia sobre 17 versos de otros tantos tangos ilustres, componen el programa.

La ilustraciones son de Pedro Arjona, que la realizó para el programa “Cruzando el charco/España en Solfa) y que ya han aparecido en el fragmento del espacio que ya colgué, pero que allí aparecían brevemente y que aquí creo que se podrán degustar con más tiempo y atención.

No lleva banda sonora, que tampoco es cosa de andar dando pie a las comparaciones siempre odiosas.








UN HOMBRE SOLITARIO Y TRISTE


Un hombre solitario v triste
rememora la historia de un amor,
que una sombra de ayer le ha disparado
una bala de plata al corazón.

La noche ya llegó y yo no dormía,
la luna era un farol en el parqué,
los muertos de la tele me envolvían
en un vacío inmenso de mujer.

Soñé que estaba solo al mediodía
colgando de una luna de papel,
que el mundo era una lucha sin medida,
sin meta, sin remedio y sin porqué.

Un hombre solitario y triste
rememora la historia de su amor,
y este hombre, doliente y humillado,
envejece a la luz de una ilusión

Miré la puerta abierta y no volvías,
luego quise olvidarte y no olvidé.
Tu recuerdo en mi noche es una herida
de caricias tatuadas en la piel.

Tu boca es una sombra ya en la mía,
tu beso es un recuerdo a sal y miel,
tus abrazos la guerra ya perdida
de un niño castigado en la pared.

Un hombre solitario y triste
rememora la historia del amor,
fugitivo de  un tiempo ya pasado
agoniza a la luz de algún farol.







UN HOMBRE CORNUDO Y APALEADO


Te fuiste aquella noche en que, dormido,
soñaba que eras bálsamo de amor,
que tus manos aladas de caricias                                                      ^
me alegraban con su tacto el corazón.

Nuestro amor será eterno, me juraste,
para siempre nos ha unido la pasión.
Seguiremos, me dijiste, lo recuerdo,
aunque el mundo se nos hunda alrededor.

Tú te fuiste aquella noche y yo roncando
soñaba ilusionado eterno amor.
Sólo a un paria cornudo y apaleado
le ilusiona la mentira que soñó.

Te fuiste aquella noche traicionera
en que el amor en su combate nos rindió.
Fue el capítulo postrero de una historia
que una vez a este imbécil cautivó.

No supe que tu amor era un engaño
y lo eterno una efímera ilusión,
una sola bombilla de diez vatios
que arrincona la luz en un rincón.

Tú te fuiste aquella noche y yo roncando
soñaba ilusionado eterno amor.
Sólo a un paria cornudo y apaleado
le ilusiona la mentira que soñó.

Te fuiste aquella noche y yo dormía.
No sospeché siquiera tu traición.
Por la mañana me levanté y no estabas
sólo encontré tu nota en el salón:

“Mi marido me espera, me decías,
no volveré jamás, esto acabó.
No me llames, lo nuestro ha sido solo
desatino, desmadre y confusión.

Tú te fuiste aquella noche y yo roncando
soñaba ilusionado eterno amor.
Sólo a un paria cornudo y apaleado
le ilusiona la mentira que soñó.






TANGOLLAGE


En nombre de otras horas de garufa[1]
amigo acercate, tené compasión,
sírvase usté algo que quiera tomar[2]
y a la guitarra le ponga un crespón,[3]
que quiero en su pecho mi pena volcar[4]
y no encuentro barra que aguante al llorón.

Me mamo bien mamao pa no pensar[5]
que un chamuyo misterioso me acorrala el corazón.[6]
Yo se que un hombre no debe llorar,[7]
pero esta noche he llorado por la ausencia de un amor.[8]

Gime ya, bandoneón, tu tango gris,[9]
y hazme olvidar los ecos de su voz[10]
que hoy me toca emprender la retirada[11]
y por eso emborracho el corazón.[12]
porque el dolor en mi alma quiero ahogar[13]
para olvidar hondas olas de dolor.[14]

Me mamo bien mamao pa no pensar
que un chamuyo misterioso me acorrala el corazón.
Yo se que un hombre no debe llorar,
pero esta noche he llorado por la ausencia de un amor.

Este tango malevo y engañoso
no es el sur que hay después del paredón[15]
no es el timbre que vos ya descargaste[16]
ni es Malena cantando su canción.[17]
Es tan solo una broma para amigos
que aman tanto los tangos como yo.


[1] El ciruja {Francisco A. Marino / Ernesto de la Cruz)
[2] La copa del olvido (Alberto Vacarezza / Enrique Defino)
[3] Trago amargo (Julio Navarine / Rafael Iriarte)
[4] Tomo y obligo (Manuel Romero / Carlos Gardel)
[5] Esta noche me emborracho (Enrique Santos Discépolo)
[6] Como abrazao a un rencor (Antonio M. Podesta / Rafael Rossi)
[7] Tomo y obligo (Manuel Romero / Carlos Gardel)
[8] Mi noche triste (Pascual Contursi / Samuel Castriota)
[9] Nostalgias (Enrique Cadícamo / Juan Carlos Cobían)
[10] Ninguna (Homero Manzi / Raúl Fernández Siró)
[11] Adiós muchachos (Cesar A. Vedani / Julio C. Sanders)
[12] Nostalgias (Enrique Cadícanio / Juan Carlos Cobían)
[13] La última copa (Juan Andrés Caruso / Francisco Canaro)
[14] Volver (Alfredo Le Pera / Carlos Gardel)
[15] Sur (Homero Manzi / Aníbal Troilo)
[16] Yira, Yira (Enrique Santos Discépolo)
[17] Malena (Homero Manzi / Lucas Demare)



No hay comentarios:

Publicar un comentario