sábado, 4 de mayo de 2013


Pablo Milanés. Cantar con el cubano (1985)






Puedo vanagloriarme --si es que de darse autobombo se trata, que tampoco viene mal-- de haber contribuido de alguna manera que no quiero cuantificar en la difusión inicial en España de lo que se llamó Nueva Trova Cubana hace como unos cuarenta años. Como ya he contado algo de ello en el texto publicado ya aquí sobre Silvio Rodríguez no lo voy a repetir ahora que ha tocado el turno de hablar de la otra cara de la misma moneda, Pablo Milanés.

Aunque hubo otros cantautores que se cobijaron bajo el mismo paraguas, y en el artículo que reproduzco se da cuenta de ellos, Silvio y Pablo son sin duda las figuras más importantes del movimiento que transformó la música cubana en aquellos años, los artistas que con el tiempo han conseguido una mayor repercusión mundial y, sobre todo, los dos creadores más potentes la Nueva Trova. Dos de los creadores más potentes no sólo de aquel grupo cubano, sino de la música popular de todo el mundo. A mi entender.

Pablo y Silvio, Silvio y Pablo, dos cantautores de características muy diferentes pero de similar categoría artística, ante los que, aún gustándote los dos, había que definirse, como ante la elección entre Beatles o Rolling, Isabel o Fernando. Y yo he de confesar que personalmente siempre fui pablista.

Tal vez no se encuentren en Pablo esas metáforas deslumbrantes y arriesgadas o esas melodías hipnóticas que caracterizan las canciones de Silvio, pero la estructura férrea de sus composiciones, la certeza directa de sus palabras y la contundencia de sus mensajes, sean de amor o de otro tipo, me paralizan de emoción y admiración cuando las escucho. Aquí he puesto, como ilustración, algunas de las que no puedo aguantar sin que se me ponga la carne de gallina. Empezando por la que ya deberíais haber escuchado, esa “Yolanda” que fue una de las primeras canciones suyas que escuché en aquella cinta que me llegó a través de Julia León de la que ya he hablado (releyendo me doy cuenta que debía tratarse de la misma cinta a la que se refiere Aute más adelante) y de la que intuí que era una obra maestra antes de saber lo que era tal cosa de las obras maestras.

En 1985, con motivo de la edición del doble “Querido Pablo”, en el que realizaba dúos con varios colegas españoles, una argentina y un brasileño, EL PAÍS le dedicó una página entera, en la que tuve ocasión de hablar de él, con él y con los demás participantes en el disco.


Con Eduardo Ramos



La canción del hombre nuevo 
EL PAÍS. 24 NOV 1985

Pablo Milanés, nacido en Bayamo (Cuba) el 24 de febrero de 1943, es, con Silvio Rodríguez, el más significativos de los cantantes cubanos surgidos a finales de los años sesenta y agrupados alrededor del movimiento denominado Nueva Trova: un intento de crear una canción que enraizada en la tradición y nutriéndose de muy diversas fuentes musicales y estéticas diera una imagen nueva de la realidad cubana tras la revolución. Ya antes de que esta tuviera lugar, desde 1958, estaba cantando como bolerista y cantante lírico en programas de radio y televisión. "La revolución", comenta ahora, "fue algo muy fuerte. Para mí, con 15 años, ve r a la gente salir en masa a la calle fue un cambio muy violento que reorientó mi vida musical y personal". El mismo año 1959 colaboró con el Cuarteto del Rey, con el que estaría tres años: "Hacíamos negro espiritual, en inglés, lo que era una buena escuela, pero como los miembros del grupo eran de origen religioso y no habían hecho nunca música popular, mundana, que decían ellos, cuando me planteé dedicarme a la música cubana tuve que dejarlos y seguir solo".

Tras una estancia en un nuevo grupo, Los Bucaneros, Pablo Milanés entra en contacto con otros jóvenes de su edad que también comenzaban a cantar, como Martín Rojas o Eduardo Ramos, actual bajista del grupo de Pablo, y también, algo después, con Silvio Rodríguez, que es unos años menor. "En la mili hice Yo vi la sangre de un niño brotar, que es mi primera canción de contenido político", cuenta el cantante al recordar aquellos primeros años todavía confusos. Y añade: "Al principio no nos dábamos cuenta de que era la revolución la que nos impulsaba a ser nuevos, a violentar la realidad que estábamos viviendo, a expresar nuestras contradicciones, pero sabíamos que igual que había influido en otros ámbitos creativos tenía que influir en la canción. En el año 1966 ya teníamos canciones que nos caracterizaban como la raíz de un movimiento que se estaba gestando dentro de la música cubana".

Los primeros años fueron difíciles, con reticencias por parte de quienes los consideraban demasiado críticos o demasiado revolucionarios, de quienes les acusaban de ser excesivamente nuevos y extranjerizados. Fue el apoyo de Aidee Santamaría, directora de la Casa de las Américas, y de Alfredo Guevara, director del Instituto Cubano de Artes e Industria Cinematográfica (ICAIC), con el que colaboraron, lo que les abrió las puertas de un trabajo que se extendería en los años setenta por Latinoamérica y el mundo.

"Una de las personas a las que más admiro es a Violeta Parra", cuenta Pablo Milanés al hablar de sus influencias; "todo en ella me parece importante: sus textos, su actitud ante la vida, su música. También he estado siempre muy relacionado con el jazz y los movimientos cubanos de este tipo de música, y me ha influido mucha gente: otros cantantes latinoamericanos o españoles; el catalán Pi de la Serra, por ejemplo, al que admiro y cuya obra he estudiado mucho".

Tras casi 20 años de cantar, la obra de Pablo Milanés se ha ido desarrollando en canciones cada vez más ricas, más complejas, de las que el doble álbum recién editado es una buena muestra antológica. "En mis canciones he intentado dar una imagen global del hombre", dice, "con sus contradicciones, con sus problemas. No hacer canciones que sólo traten de amor, o de la solidaridad internacional, o de los problemas sociales, porque no son cosas que se vivan aisladas unas de otras. La canción de amor había sido siempre una expresión comercial, y la canción política una expresión ideologizada. Mi intento fue romper esos convencionalismos y hacer una canción más integral, que sea expresión del conjunto de cosas que puede sentir un hombre como yo en un momento determinado, un conjunto de sensaciones unidas".




Cantar con el cubano

Los más importantes cantautores españoles y latinoamericanos colaboran en el último disco de Pablo Milanés

EL PAÍS. 24 NOV 1985

Nueve de los más importantes cantautores españoles y latinoamericanos han participado en la grabación del último disco del cantante cubano Pablo Milanés. Un doble álbum que recoge una antología de las más representativas canciones del cantautor. Víctor Manuel -que además ha producido el disco-, Amaya, Joan Manuel Serrat, Miguel Ríos, Ana Belén, Luis Eduardo Aute, Silvio Rodríguez, Mercedes Sosa y Chico Buarque interpretan, junto Al propio Pablo, composiciones tan conocidas como La vida no vale nada, Yo no te pido, El tiempo, el implacable, el que pasó, Para vivir, Te quiero porque te quiero o Si el poeta eres tú, que cuenta con un prólogo escrito y recitado por Julio Cortázar.

"Cuando el sello discográfico en el que graba Pablo me propuso producir uno de sus discos se me ocurrió inmediatamente la idea", explica Víctor Manuel. "Me pareció mejor volver a grabar algunas de sus canciones más representativas, a las que pensé, junto con Pablo, que se les podía añadir una nueva dimensión con arreglos musicales diferentes a los que había venido utilizando hasta el momento. A partir de ahí, conseguir la participación de otros cantantes fue fácil. Todos ellos, amigos de Pablo y admiradores de su trabajo, aceptaron participar sin la menor reticencia".

Pablo Milanés, nacido hace 43 años en Bayamo, Cuba, es, junto a Silvio Rodríguez, el más destacado de los cantantes surgidos en los años sesenta en la canción cubana. Originalmente intérprete de música feeling, a partir de la revolución cubana orientó su trabajo en la creación de canciones que sintetizaran la tradición musical cubana y las nuevas formas de la canción popular contemporánea, creando temas que han influido en toda la música de habla hispana en los últimos 20 años.

"Conocí a Pablo Milanés en su primer viaje a España, en 1975", cuenta Luis Eduardo Aute, "pero su obra me impresionó desde que en 1968 el director de cine José Luis Egea me facilitó una cinta con sus canciones, que había conseguido en un viaje a Cuba. A través suyo les hice llegar a Pablo y a Silvio una cinta mía, y pronto nos dimos cuenta de que había una gran afinidad en el trabajo que cada uno hacíamos. Pablo me parece un gran creador de músicas, con una sonoridad propia inconfundible, una voz privilegiada y un excelente autor de textos. Mi participación en este disco suyo era obligada, ya que desde entonces no hemos perdido ocasión de tratarnos. Además, él había cantado también en mi disco Entre amigos".

Sonoridad internacional

El disco, que ha sido grabado en Londres y Madrid con músicos ingleses, españoles y cubanos, cuenta con arreglos y dirección musical del británico Geof Westley, quien le ha dado una “sonoridad internacional” a la producción "sin quitarle nada del toque cubano que siempre hay en las composiciones de Pablo", aclara Víctor Manuel. Son 20 canciones que expresan con precisión las preocupaciones fundamentales del cantante cubano: el amor, la solidaridad con los procesos revolucionarios del mundo, los problemas sociales, el paso del tiempo. "En mis canciones intento hablar de lo que me rodea, no hacer canciones aisladas sobre el amor, la sociedad o la revolución, porque creo que todo ello unido forma parte de nuestra vida cotidiana. Normalmente se ha tratado el amor como un hecho aislado y la política como algo exclusivamente ideológico; yo he pretendido romper esos convencionalismos, porque todo lo que nos sucede se mezcla en las vivencias de cada uno", explica el cantautor.

Para Ana Belén lo más atractivo de este proyecto ha sido devolver al cantante cubano su capacidad de dar amistad, amabilidad y buenas sensaciones. "Quedé deslumbrada con él", dice, "desde el primer momento en que le conocí, en su casa de La Habana, en 1975. Fue una noche imborrable, en la que nos cantó de todo, canciones populares, sones, boleros, y también sus propias canciones, que me parecen excepcionales". También Miguel Ríos comparte esa admiración por el cantante y la persona: "Cuando Víctor Manuel me llamó para proponerme cantar una canción a dúo con Pablo no lo dudé ni un momento. Me apetecía trabajar con Víctor en una producción, y mucho más si era con un cantante como Pablo Milanés, al que admiro desde hace muchos años".

El disco, que acaba de aparecer a la venta estos días y que será distribuido en la práctica totalidad de los países suramericanos, se presentará en directo en España en un recital colectivo que se prepara para el próximo mes de diciembre.

Satisfacción

El local será probablemente el Palacio de los Deportes de Madrid. De momento estamos intentando coordinar las fechas de todos los que hemos participado en el disco, que es lo más dificil porque cada uno tiene un programa muy apretado de actividades; pero estoy seguro de que se conseguirá y que será un recital memorable", concluye Víctor Manuel, que confiesa haber quedado totalmente satisfecho del trabajo, tanto en los aspectos musicales como en los amistosos.









No hay comentarios:

Publicar un comentario